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Mezclando cuadros, rayas y monos

Supongo que habréis oído hablar de la trampa para cazar monos que se utiliza desde hace muchos años en distintos lugares del mundo. Es la típica historia que siempre se emplea como símil para diferentes explicaciones y quien la conozca ya sabrá por donde van los tiros pero me siento obligada a contarla aún a riesgo de que penséis que soy una trasnochada que va de lista. Odio los tópicos sobados y las historias manidas me producen urticaria pero vamos allá.

Resulta tremendamente difícil cazar a un mono por su rapidez y astucia y dicen que su carne es deliciosa. Por eso los cazadores nativos idearon una ingeniosa trampa para capturarlos: la estratagema consistía y consiste en introducir un alimento que le guste mucho al mono (un plátano, dulces, frutos secos…) en un recipiente fijado al árbol con un pequeño orificio por donde el mono pueda meter la manita. El recipiente, dependiendo de la zona, podía ser una cáscara de coco, una vasija de barro o incluso un termitero, de tal manera que el agujero cumpliese dos requisitos: que fuera lo suficientemente amplio para que el mono pudiera ver el alimento que se encuentra en su interior y meter la manita vacía pero también lo suficientemente estrecho para que no cupiese el puño cerrado del animal haciendo presa y agarrando el botín. Los monos picaban el anzuelo y no conseguían sacar su mano con el alimento así que tenían dos opciones: soltarlo y huir o quedarse atascados y que el cazador los apresase ¿Adivináis qué hacían? Exacto, los monos nunca soltaban el plátano y los cazadores podían apresarlos tranquilamente ya que no eran capaces de renunciar a su botín y liberarse

Atrévete a mezclar

Moraleja: suelta el plátano. Agarrarte a lo que es políticamente correcto te da seguridad, respalda tu elección, refuerza tu sensación de control y hace que te sientas aceptado por los demás pero ¿sabes una cosa? si quieres encontrar tu propio estilo debes soltarlo. Abre la mano y deja caer el plátano para liberarte. Abandona el miedo a romper las normas o te cazará la mediocridad. Termina con los prejuicios, desaprende, huye de lo establecido, combina, mezcla, duda, prueba, explora, yuxtapón,falla, atrévete, vuelve a equivocarte pero nunca te quedes con las ganas ni con las imposiciones que nos exigen las normas no escritas de lo que es correcto en moda y lo que no. Abandónate a la creatividad estilística, a mi hoy me han poseído las rayas y los cuadros Vichy. Me apetecía mucho mezclarlos y el resultado creo que es espectacular.

Paso De Cebraokokblog
Si mezclas rayas y cuadros eres más feliz sobre los pasos de cebra
Ana Banco Blog
Aquí también parece que soy feliz pero en realidad tengo mucho frío
Abrigo ana Blog
Me copio a mi misma una y otra vez pero es que no puedo dejar de combinar
blazer y abrigo largo
Pared Verde Blog
Sonrisa ecléctica sobre jardín vertical
Pared Verde Gigante Blog
Contrapicado 1: una señora gigante
Detalle Bolsook Blog
Contrapicado 2: la cartera de Bimba y Lola quitando protagonismo a la señora gigante
Ana Puerta Blog
Pongo cara de que estoy viendo a la Virgen pero en realidad me cuesta mucho posar
Ana Bar 1 Blog
Outfit perfecto: Alhambra + Dr Martens
Pared Blog
Yo disimulo pero a veces el pelo me hace velcro con el granito de las fachadas

Eclecticismo: fusión de estilos

El eclecticismo en moda es el arte de fusionar estilos y conseguir uno diferente para crear tu propia marca personal. Ser ecléctico es ser muy emocional porque lo único que importa es el resultado final, el fruto de la mezcla debe transmitir un mensaje que transporte información de corazón a corazón. La libertad es su atractivo

Combina texturas, colores, tejidos, estampados, estilos. Confronta, marida opuestos para buscar el contraste: la lana con el tul, rojo con naranja, flores con animal print, vintage con moderno, brillo con mate, minimalista con barroco caro con ropa de saldo, sport con ropa de gala… y así hasta el infinito. ¿Una camiseta con mensaje y una falda de seda? ¡Qué maravilla! Piénsalo, las opciones son ilimitadas y muy tentadoras.

Y si todavía no te he convencido, escucha esto: ir a la moda está pasado de moda. Ahora más que nunca la moda tiene que ser arte y las corrientes artísticas reviven en nuestros outfits. Estoy hablando de surrealismo, de dadaismo, de modernismo, de renacimiento, de cubismo… de cada una en particular y de todas a la vez en el mismo estilismo. Porque no hay nada más cierto que esta afirmación: el arte no pasa de moda.

– Blazer cuadros Vichy de Zara (Temporada)

– Vaqueros (Levi’s de los 90)

– Botas Dr Martens (Clásicas)

– Abrigo Liberto

– Cartera Bimba y Lola

Felipe IV, el rey de las camisetas y del streetwear

Lo supe desde el primer momento: las mataba callando. Mi fijación por él creció con los años porque me obsesioné con esos labios carnosos que susurraban desde el silencio aventuras prohibidas. Su mirada lánguida de ojitos tristes y vidriosos era un inquietante mix entre Forest Whitaker y Quique San Francisco: confirmado, estaba ante un Don Juan peligroso. Cuando lo observaba embelesada sentía repulsión y curiosidad a partes iguales pero no podía dejar de hacerlo

Esta siniestra fascinación comenzó con mi primera visita al Museo del Prado hace ya muchos años. Mientras los visitantes se arremolinaban frente a las Meninas, los voluptuosos labios de Felipe IV me tuvieron hipnotizada más de 15 minutos como si sus ojitos de cordero degollado con blefaroptosis lanzaran rayos paralizantes invisibles. No contento con eso, el Rey Pasmado continuaba observándome con descaro desde los otros tres lienzos de la sala 12. Ya nunca pude olvidarlo y desde entonces, cada vez que visitaba el Prado, la cita frente al retrato del penúltimo de los Austrias se convirtió en un rito ineludible.

No había marcha atrás, tenía que investigar. Me entregué a la cerveza y a la lectura de artículos en Google sobre el misterioso monarca y marché por las montañas del saber a la busca y captura del secreto escondido en su lánguida mirada. Total, resumo: mientras los más conservadores argumentaban que el Rey Planeta, sólo fue un monarca angustiado y sin suerte que luchó por mantener a flote un reinado repleto de guerras y trampas políticas mientras se ahogaba en dramas personales, los más osados afirmaban que que el rey cedió sus poderes al Conde Duque de Olivares para poder disfrutar de los placeres carnales y trincarse sin discriminación a damas nobles y plebeyas como si no hubiera un mañana. Dicen también que Felipe IV fue un rey atormentado que compatibilizó las desenfrenadas correrías de Don Juan con los remordimientos por sus pecados libertinos y el temor al castigo divino. Pero el tema es que, mientras Diego Velazquez lo retrataba como un rey sobrio, reservado y discreto, el Conde Duque favorecía la querencia del monarca al despiporre y los rolletes para poder mantenerlo alejado de la gestión pública. Y yo, no quiero presumir de que lo sabía sin saberlo pero lo sabía. Lo sabía de la misma manera que todo el mundo debería saber que Felipe IV merece una camiseta

La camiseta de Felipe IV

Camiseta Felipe Iv
Felipeiv Gran Via
Felipe IV y yo haciéndonos los interesantes en la Gran Vía
Cafe Varela
Felipe IV y yo en el Café Varela
Ana Alpuente Escaparate
Tengo que decir que también viví obsesionada mucho tiempo con la peli «El asombroso hombre creciente» y cuando estoy en la Gran Vía me gusta imaginar que el Teniente Coronel Glenn Manning avanza desde plaza de España chafando viandantes con cara de loco. Bueno, pues el domingo pasado, Felipe IV y yo lo vimos, he aquí la prueba gráfica.
Detall Felipe Iv
Felipe IV y yo revisando los mensajes de Instagram
Ana Bolardo
Felipe IV y yo intentando una foto Tumblr

Llegamos donde quería llegar. Creo que es el momento de responder a la pregunta más repetida en mis RRSS durante la última semana: ¿Cuál es la relación entre el monarca, los flamencos y el Grand Torino del 75 de Starsky y Hutch? Mi misión es vender muchas camisetas y sudaderas de Brillo Te Chinchas que para eso las he diseñado, así que debería contaros una historia repleta de anécdotas y asociaciones extravagantes que-hilasen-con-ingenio-una-argumentación-brillante-para-poner-en-evidencia-mi-tremenda-creatividad-y-al-mismo-tiempo-que-impactasen-directamente-en-vuestra-mente-y-os-hicieran-sentir-la-necesidad-imperiosa-de-comprar-la-camiseta-de-Felipe-IV-para-convertirlo-en-el-rey-más-kitsch-del-streetwear.

Bien, no hay nada de esto. Ni historia, ni creatividad brillante, ni neuromarketing. Tengo que decir que la idea de diseñar la camiseta surgió al asociar los carnosos labios de Felipe IV con los de Huggy Bear, el soplón de Starsky y Hutch. Luego pensé en algo que escandalizara hasta convulsionar a los historiadores conservadores y tuve una visión: Felipe IV maquillado a lo Divine y conduciendo el Grand Torino a 100 por hora por Gran Vía dirección Trujillos rumbo a una orgía en el Strong ¡Qué maravilla! Lo de aderezar la cosa con flamencos era por hacer un poco el macarra y ensamblarlo todo de manera muy fluida pero sutil, con la caspa detectivesca de Miami Vice.

Venga, ya me voy. Pero antes os cuento dos cositas que no sabía del tocayo del Borbón preparao. (Aquí debería fingir vergüenza por mi ignorancia)

Cosa 1: El cuadro de Las Meninas retrata a la familia de Felipe IV: el monarca y su sobrina – segunda mujer, Mariana de Austria se reflejan en el espejo mientras en la escena principal la Infanta Margarita y sus meninas son retratadas por Velázquez. Este cuadro siempre me había fascinado por la maravillosa presencia de dos sirvientes de la corte con diferentes tipos de enanismo, sin duda los auténticos protagonista de la obra: Mari Bárbola, la enana acondroplásica y Nicolasito Pertusato, enano italiano que terminó siendo ayudante de Cámara del rey. Nunca me interesó el nombre del monarca ni de su señora esposa, ni el de las meninas peluconas ni el de la repelente infanta.

Cosa 2: Felipe IV fue el padre de Carlos II el Hechizado, último rey de los Austrias y causante de la extinción de la rama española de los Habsburgo. Carlos II era hidrocefálico, impotente y padecía síndrome de Klinefelter a causa de los sucesivos matrimonios consanguíneos, esas reiteradas fiestuquis endogámicas​ de la familia Real.

Y ya.

Ahora sí, bye!

Ana Alpuente Andando 1
Ana Alpuente Andando 2
Sí, se enfocó la pared en vez de mi cara

– Camiseta Felipe IV de Brillo Te Chinchas

– Pantalones de Stradivarius

– Biker de Zara

– Zapatillas Converse

– Gafas Ray-Ban

Mi blog, mi caos y la moda sostenible

(Voy a empezar haciéndome la chula con una expresión spanglish que acabo de aprender. Tengo que pedir disculpas, con la excitación de molarlo mucho, la he metido con calzador)

Me da cringe cuando me preguntáis de qué va mi blog.

(Para el que no lo sepa, «dar cringe» es lo que en Teruel viene a ser «dar cosica» o en el resto de España «dar grima»)

Pues sí, me da cosica porque no sé si lo preguntáis porque habéis leído algún post y sois incapaces de encontrar un hilo conductor coherente o porque os da una pereza terrible leerme y optáis por preguntarme antes que arriesgaros a perder dos minutos de vuestra mediocre existencia. Ninguna de las dos alternativas es demasiado prometedora así que voy a intentar olvidarlas porque luego me obsesiono con las cosas hasta transformarlas en marañas de pensamientos recurrentes primero y en dramitas terribles y muy tóxicos, después.

Aunque bien es cierto que volvemos a lo de siempre, ni yo misma puedo definir mi blog y supongo que eso no es bueno. La verdad es que mi SEO está de mí hasta el mismísimo coño porque dice que resulta misión imposible posicionarlo, no puede concretar la temática: no es un blog de lifestyle, no es un blog de viajes, no es un blog de moda, no es un blog de literatura, ni de música, ni tampoco de humor. No voy a ser redundante porque todo esto ya lo comentaba en el post Esto no es un blog de moda. Y como supongo que tampoco lo vais a leer, resumo: no me he fijado una meta ni un objetivo, soy una desubicada y esto significa que la gestión de mis capacidades estratégicas es nula y mi planificación, caótica y desastrosa… supongo que como mi orden mental. O sea, que escribo como vivo, por impulsos.

Pues mira por dónde, se me acaban de quitar las ganas de escribir. Procedo a colocar las foticos del reportaje del outfit de Vintalogy que por cierto, es increíblemente chulo y nada tiene que ver con todo esto.

Columpio Baggy Ana Alpuente
Plaza de Olavide, domingo 13,00 h. Los niños se fueron
Rpt
Aquí, intentando escribir algo inteligente y grosero al mismo tiempo mientras siento que la vida me ataca

Carro Baggy Ana Alpuente
Cómo hacerte una foto súper original y creativa con un outfit alucinante de ropa vintage
y acabar pareciendo una homeless

Bolso Baggy Ana Alpuente
El bolso Bag&Block es un Lego bolso customizable muy versátil, sirve tanto para transportar llaves, móvil y tampones, como para taparte la cara. Y si te cansas del diseño, eliges los bloques de Lego o Megablock que quieras y lo personalizas de nuevo.

Vintalogy Baggy Ana Alpuente
Haciendo como que me gusta el otoño

Balcon Baggy Ana Alpuente 1
No tengo palabras

Outfit completo de Vintalogy excepto el bolso Lego que es de Bag and Block y puedes encontrarlo aquí.

Moda sostenible

A propósito de Vintalogy, sólo unas líneas adicionales para defender la ropa vintage y de paso, crear más contenido caótico. Este es mi alegato, dos puntos, soy adicta a lo vintage porque me hace sentir única, porque adoro el eclecticismo, porque inyecta un estilo diferente y lleno de personalidad. Abro aquí un paréntesis para revelar una norma secreta universal no escrita e inventada por mi: la ropa vintage siempre, siempre, siempre combina de cine con camisetas y sudaderas (si son Brillo Te Chinchas, mejor) sin excepción. Pero además, con la reutilización de las prendas vintage y de segunda mano estamos hablando de un consumo de moda sostenible con el que ayudamos a cuidar el planeta.

La ropa vintage pertenece a la moda sostenible porque son prendas de calidad confeccionadas hace un mínimo 30 años y si decidimos comprarlas o rescatarlas de alguna manera, logramos salir del círculo vicioso del actual «usar y tirar» y el «comprar más, usar menos» de la «Fast fashion» (comprar más cantidad de prendas baratas en detrimento de la ropa de calidad). Por este motivo no debemos confundir la ropa retro, con la ropa vintage. La ropa retro se aprovecha del auge de la moda vintage y evoca con su estética al pasado pero no pertenece a él pues se fabrica en la actualidad y en cadenas de producción de fábricas de, por ejemplo, Bangladesh. Cuidado, la ropa retro no es ética ni sostenible

Los recursos de la Tierra son limitados pero la población aumenta sin parar, la industria de la moda es la segunda más contaminante del planeta y el impacto social y medioambiental es terrible. El consumo de ropa vintage y de segunda mano minimiza la materia prima utilizada en la industria de la moda. Reduce también la huella de carbono y el efecto invernadero al disminuir la distribución y se reciclan y reutilizan las prendas favoreciendo el consumo consciente y responsable y la producción ética. Es decir, si compras moda vintage estás ayudando a cumplir con las 3 R: Reducción, Reutilización y Reciclaje. Del movimiento ‘Zero Waste’ (cero desperdicios) mejor hablamos otro día

No hay discusión, es pura supervivencia: el futuro será sostenible o no será. No hay planeta B

La historia de la camiseta Poderosa

Por fin puedo decir que Brillo te Chinchas ya está en marcha y una de dos: o mis camisetas os han gustado de verdad o vuestra hipocresía no tiene límites, que también puede ser pero no quiero pensar en eso ahora porque tengo que contaros una historia, la historia de la camiseta Poderosa.

Camisetapoderosa

Hace muchos, muchos años, cuando me separé, me fui a vivir a casa de mamá Marga. Era un piso centenario y raro, como ella. Olía a incienso y a madera vieja. En el aire flotaban recuerdos narcotizantes de jazmín blanco y tabaco negro mezclado con pintura al esmalte. Mi abuela lo llenó de colores, vírgenes y absurdas obras de arte anónimas que habían sido rescatadas de rastros y chamarileros y lloraban la belleza de los objetos abandonados en el tiempo.

Un piso enorme en la Latina puede ser considerado como un privilegio en situaciones normales, pero cuando lo heredé, supe que se había producido un milagro y que mamá Marga se equivocó estrepitosamente al decidir morirse en el momento más inoportuno: yo acababa de separarme y necesitaba volver a mis orígenes pero no de aquella manera. La muerte de mi abuela fue maquiavélica y autoplanificada, minuciosamente elegida a la carta por ella y puesta en práctica durante las cinco semanas previas.

El día que le comuniqué que iba a dejar a mi marido, la madre de mi madre, sonrió de forma enigmática:

– Ya era hora. Tienes que olvidarte de ese maldito mamonazo eunuco y pusilánime y borrarlo de tu mente como si nunca hubiera existido.

– Hace tiempo que eso está hecho.

– Nena, debes venir a vivir a esta casa.

– No sé si es muy buena idea, mamá Marga. Debo empezar de cero y aprender a vivir sola.

– Pues vas a tener un problema porque yo siempre estaré contigo aunque creas que estás sola. Ha llegado el momento, baja a la tienda de Rosa y cómprame diecisiete botes de pepinillos agridulces, de los pequeños.

¿Pepinillos agridulces? Maldita vieja loca, no sospeché nada

Me había casado contra mi voluntad, por la iglesia y de blanco. Asistieron al convite quinientos sesenta y seis invitados radiantes y mi abuela Marga, vestida de rojo sangre y con mueca de mal augurio. A los seis meses me separé. Aquel inteligente hombrecillo de facciones napoleónicas y castellanos con bellota se evaporó de mi vida borrando todo rastro de dolor mientras delegaba en su abogado, ese que se estaba tirando, la farragosa tarea del reparto de bienes.

Algunas veces, la vida nos sorprende y aunque los acontecimientos discurren vagando en círculos, atravesando el desierto a la pata coja o sobrevolando kilómetros de lágrimas entre nubes, siempre cruzan la línea de meta en el instante preciso. Y de pronto todo cobra sentido. Las personas que desaparecen de nuestra vida es porque en realidad nunca estuvieron allí.

Diez minutos después de firmar el convenio de separación que me dejaba sin un duro, mamá Marga llamó por teléfono con voz misteriosa:

– Nena, eres poderosa pero no sabes que lo eres. Entérate ya, coño. Y recuérdalo siempre

Después engalanó todos los balcones con mantones de Manila amarillos y rosas, se enfundó ese vestido de gala que sólo se puso una vez, se tumbó en la cama, aspiró con fruición el humo de un Ducados y decidió dejar este mundo en silencio, con una sonrisa traviesa en los labios tal y como su madre le contó que había llegado a él. Se extinguió sola, despacito, sin ruido ni dramas. La encontré al día siguiente velada por las 85 vírgenes que habitaban la casa y ahora rodeaban su cama como en un jardín mariano. Y en diferentes versiones, La Virgen de la Paloma, la Virgen de los Desamparados, la Virgen del Sagrado Corazón, la Virgen de Regla y la del Carmen, habían abandonado pasillos, paredes y estanterías y ahora contemplaban, enigmáticas, el frágil cuerpecito de mi abuela perdido entre la seda roja deĺ vestido que lució en mi boda. El médico dijo que murió de anemia. Tenía 85 años y dos pepinillos agridulces en el estómago.

Esta historia no es real, forma parte de un libro que nunca me publicaron porque Planeta me dijo que tenía muchos personajes. Demasiado caótico, supongo. No sé hacerlo de otro modo. Mamá Marga no era mi abuela, ni tenía una casa en la Latina, ni murió suicidándose con pepinillos agridulces. Pero ella vive en mi mente y es poderosa. Como yo. Como tú. Porque ahora sabes que lo eres. Recuérdalo siempre

Contrapicado 1

La camiseta Poderosa

Poderosa es una superheroína con superpoderes secretos y camiseta amarilla que todavía no sabe que lo es. Poderosa es nuestro homenaje a tod@s las que se atreven a ser ell@s mism@s. Poderosa es combinar amarillo limón y rosa

Boho Chic Minifalda

Poderosa también es llevar una carrera en la pierna derecha y que te de igual:

Contrapicado Camsieta Amarilla 1

Poderosa es vivir como quieras y morir como te de la gana. Es ponerte un gorro de flores de goma en la cabeza

Ana Alpuente Amarillo Rosa

Te lo estoy diciendo y no quieres creerme: es una camiseta mágica. Ayer me la puse y volé. Y bailé. Y por alguna extraña razón sonaba Guantanamera en mi cabeza. Y me gustó.

Camiseta Minifalda

La camiseta Poderosa puedes encontrarla en Brillo Te Chinchas. El cinturón es de Vintalogy, las botas cowboy de Giuseppo y la falsa de Zara Kids de hace millones de años luz.

Camiseta Amarilla Sentada2
Camiseta Amarilla Sentada 1
Makingof

Manolo me masculla, tres bikinis y un bañador

De este verano pandémico no guardo precisamente buenos recuerdos. A decir verdad, ni buenos ni malos, sólo episodios absurdos e inconexos que mi memoria se ha empeñado en almacenar y todavía no sé muy bien el motivo aunque sospecho que anuncian el fin de una etapa. Una etapa que ni siquiera sé cuál es, ni cuándo comenzó.

Ana Terraza Blog Jpg

Y reconozco que no tiene sentido pero voy a contar una de estas historias para que podáis valorar adecuadamente la irrelevancia del tema y mi existencia surrealista:

La semana pasada tuve que quedar con Sara, nombre inventado de mi antigua vecina, que se empeñó en devolverme dos libros que le presté hace siete años. No me apetecía nada el encuentro pero el calor me abotarga y fue imposible encontrar una excusa coherente para evitarlo.

Sara siempre tomaba poleo sin cesar y sufría fuertes crisis verborreicas. Como era incapaz de soportarse en soledad a ella misma, se había empeñado en martirizar al resto de la humanidad con monólogos en primera persona. En nuestros tiempos de vecinas, me contaba q mantenía conversaciones fluidas con la televisión y no se cortaba un pelo cuando describía con pelos y señales cómo los presentadores de LTC (La Tienda en Casa) le enviaban mensajes cifrados que sólo ella podía comprender.

A lo que vamos, Sara y yo quedamos para tomar algo cerca de mi antigua casa pero antes paré donde Manolo, el de la ONCE, a comprar un cupón. Desde el interior de la caseta, Manolo me reconoció y como siempre, se quedó mirándome pero esta vez me observaba con ojillos chispeantes, parapetados tras las lentes de culo de vaso e inexplicablemente fijos en mi escote. Y entonces empezó a mascullar cosas ininteligibles que no lograba comprender porque hablaba con la sonrisa húmeda y muy bajito y muy deprisa. Y sin parar. Pagué el cupón que Manolo depositó a tientas en la repisa de la ventanilla y decidí despedirme con una de mis mejores sonrisas para poner fin a la situación. Pensé con pereza en el poleo y la conversación insufrible que me esperaba con Sara mientras caminaba apesadumbrada a su encuentro.

– Manolo, el ciego, me masculla.

– ¿Te masculla? Repitió Sara sin disimular su indiferencia ni desviar la mirada del móvil

– Creía que era tímido y hablaba muy bajito pero hoy he descubierto que me miraba las tet4s mientras susurraba cosas que no entendía. Sara, Manolo me masculla.

– Bueno, ¿y qué problema hay?

– C0ño, Sara, que Manolo es ciego

– Eso es que “se imagina” que estás buenorra – va y dice la pasiva agresiva de mierda

– Me estaba mirando – Insistí yo asertiva y marcando las emes muy digna

– Imposible, no ve

– El problema es que me crea inseguridad. Dudo de si me dice cosas guarras por defecto o por exceso. Y ninguna de las dos opciones es buena – Dije arrepintiéndome al instante de haber iniciado la conversación.

– ¿Exceso o defecto de qué?

– Exceso o defecto de visión. No sé si me masculla porque no es tan ciego y por eso sólo mira mi escote o porque realmente no ve nada y se imagina cosas estupendas que no son.

– Pues lo segundo, nena – contestó Sara con todo su c0ño. Y como de costumbre, giró la conversación hacia un monólogo interminable y odié muy fuerte al mundo con ella dentro. Sin duda, mi vecina padecía algún tipo de desequilibrio que le impulsaba a hablar sin parar sobre cualquier soplapollez absurda que, inevitablemente, desembocaba siempre en más de lo mismo: sus ex.

Tuve que huir y me fui al baño. Sara me siguió implacable, atormentándome con su soliloquio. Al borde del suicidio, le dije que tenía que irme a probar trajes de baño. Maldita la hora, terminó acompañándome y relatando, esta vez a través de la cortina del probador, la trascendencia de la elección de sus bañadores cuando se fue de vacaciones con su nuevo ex a Matalascañas. Miré el reloj: eran sólo las ocho de la tarde pero decidí que me iba a la cama, necesitaba que el día acabase ya. Sara continuaba cacareando sin piedad al otro lado, disertando ahora sobre su deseo de ser incinerada porque no podría soportar la idea de que las uñas de sus manos y de sus pies crecieran sin cesar después de muerta.

Elegí al azar tres bikinis y un bañador que ni siquiera me había probado, juré que jamás volvería a quedar con nadie y volé a casa mala de los nervios. Tila doble, dos pastis de valeriana Leo y la certeza absoluta de que soy un ser asocial

Bueno, y aquí abajo dejo el resultado de mis fotos de moda de baño. Seguramente las habéis visto en redes sociales pero todavía no conocíais la historia. Ahora debería hablar sobre trajes de baño, bañador, biquinis, swimming wear, el mar y el verano para posicionar en Google el put0 blog pero ya no puedo seguir escribiendo, soy un ser de luz y estoy destrozada por el flashback.

Bikini Surfero Blog
Surreal summer #1
No te creas nada, sólo busco casito
Bikini de Ripcurl
Bikini Negro Con Carlinoblog
Surreal summer #3
Palabrante estupilista hiepertrofiando alas
Bikini de Red Point
Bañador Dolores Cortes Blog
Surreal summer #3
Lunes at the Quinqui Beach Club
Bañador de Dolores Cortés
Anabikiniblanco
Surreal summer #4
Lo único que me queda por perder es el tiempo
Bikini de Calvin Klein

«Los personajes y hechos retratados en esta historia pueden ser (o no) completa o parcialmente ficticios. Cualquier parecido con personas verdaderas, vivas, muertas, reencarnadas, resucitadas, embarazadas de una paloma o criogenizadas o con hechos reales puede ser pura coincidencia. O no.»